Luego del partido con Colombia, acabó de reventar un problema que se iba agrandando con el paso del tiempo, que tiene que ver con el evidente maltrato que sufre el aficionado que quiere presenciar los juegos de la selección ecuatoriana de fútbol. El golpe de vista de dicho partido era aterrador: ni un solo espacio dentro de la marea humana. Comentado y subrayado este asunto, se comenzó a demandar una acción efectivo del ministerio del Deporte por parte del público y prensa digamos ... menos comprometida con la FEF.
Ante esto, llegó la reacción del municipio y el 11 de julio se aprobó la resolución mediante la cual, el cabildo quiteño se hará cargo de la venta de entradas y seguridad de los escenarios deportivos, como consecuencia de esto, la FEF no volverá a controlar la venta de boletos en los juegos eliminatorios de la selección ecuatoriana.
Con la ordenanza y el barullo generado, se ha dispuesto a realizar una "real medición" del Estadio Atahualpa acorde a los estándares internacionales (45 centímetros por cada ubicación). Lo ideal serían las butacas, pero parece que por el momento solo se "delimitarían" lugares.
La iniciativa del Municipio sin duda es loable, puesto que es deber del gobierno de una ciudad (o nación) vigilar por el bienestar y seguridad de los ciudadanos. El tema del exceso de espectadores en este tipo de juegos no solo es molesto para los mismos, sino que altamente peligroso y hasta la presente solo nos queda dar gracias a Jesús del Gran Poder y a Santa Marianita de Jesús de que no haya habido una tragedia en un lugar donde las salidas de emergencia están repletas de aficionados. Me cuesta creer que personeros de la FEF hayan amenazado con trasladar la sede a Guayaquil por ya no manejar el control de la venta de entradas, cuando se ha visto que el maltrato al aficionado es evidente e incluso podría denotar falta de interés en la seguridad del mismo, además, ¿qué se va ha hacer con quienes ya tienen sus abonos?, ¿se les devuleve el dinero?, ¿se les paga el boleto a Guayaquil aunque sea en Flota Imbabura?. El tema de las entradas de cortesía también toma parte, se dispondría de un 7% de las mismas para el organizador, ¿por qué hay tanta molestia al repecto?
Qué se haga el correcto estudio de la capacidad el Atahualpa muy bien, que se delimiten lugares también, pero el no ubicar las butacas es incompleto y podría pensarse que la idea del Municipio termina siendo una medida parche. Personalmente soy de la idea que el Estadio merece una remodelación completa, ya que no sólo pasa por el espacio físico el problema del Estadio, sino de obsoletas instalaciones que incomodan aún más a afición, prensa y demás. Quito debe tener un escenario principal que albergue a 50 mil espectadores, tal vez un poco menos, en aras de la demanda que genera los juegos de la selección: además de modernos accesos, instalaciones sanitarias, en fin. Es evidente que para los juegos del torneo local basta y sobra el viejo y querido Atahualpa, pero su total reforma es urgente. Si se lo hizo con Wembley o el Nacional de Lima, ¿por qué no acá?.
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