domingo, 6 de diciembre de 2009

Deportivo Quito, bicampeón del Ecuador


Sábado 5 de diciembre de 2009 será recordado por los azul-grana como una de las fechas más gloriosas de su historia al conseguir sus primeras dos coronas al hilo. El bicampeonato chulla se consiguió en un partido que puede ser recordado por mucho tiempo por la afición futbolera ecuatoriana.

En un primer tiempo que demostró la voluntad del cuadro cuencano de buscar la victoria que le fue esquiva en casa, el Quito se mostró un poco sorprendido y hasta nervioso, con excepción de sus hombres de más experiencia como Giovanny Ibarra e Iván Hurtado. Se privilegió apagar incendios en filas azul grana y apostar al contragolpe como ha sido su característica.

En la segunda mitad, Insúa comprendió que se necesitaba mayor orden en la contención, por lo que sacó al joven Michel Castro e incluyó a Daniel Mina con lo que se consolidó el mediocampo, pero también necesitaba mayor contundencia en el ataque, así que eligió la explosión de Michael Arroyo por encima del manejo más pausado del chileno Donoso, a partir de ese cambio, la historia fue otra.

Deportivo Quito en menos de cinco minutos anota dos goles por intermedio de sus jugadores ingresados en la segunda parte (Mina y Arroyo) y parecía que definía el trámite, pero si algo le ha caracterizado a Deportivo Cuenca en este torneo es el corazón de su plantel y faltando ocho minutos empató el compromiso poniendo el drama ya que la levantada morlaca fue evidente. Preciado y Villalba volvieron a ser implacables

En el minuto 87', Michael Arroyo se invistió el traje de "héroe" azul-grana al convertir un gol de tiro libre con lo que la victoria se confirmó por tres a dos y el Deportivo Quito se consagró campeón del fútbol ecuatoriano, manteniéndose en la élite del fútbol ecuatoriano y prometiendo mucho para el 2010.

1 comentario:

borrego dijo...

A los años que se ve una buena final. Dos hinchadas que cantaban: Quito corazón; Cuenca corazón y dos hinchadas que tenían razón. Se vio sentimiento más que nada en la cancha.
Sin duda el partido lo supo leer Insua y por su manejo es creo uno de los que más se merece el título.

Un partido inolvidable, con equipos que salieron a morir o matar, donde nadie se guardó nada, eso es fútbol, eso fue una verdadera final.