¿Qué le faltó al Deportivo Quito para triunfar en Guayaquil?

Pues lo mismo que al Nacional, Olmedo y Católica. Tener más peso ofensivo. Si bien por el tonelaje de la plantilla de Barcelona hay que tomar las precauciones del caso, no es menester ir a encerrarse y a especular con el contraataque. Pues a Barcelona le ha resultado fácil adelantarse en el marcador aunque los rivales vayan conservadores a encarar el primer tiempo. Así ha sucedido con todos los rivales que han pisado el Monumental en esta primera etapa, incluso con el Cuenca, que ha sido el único al que le ha servido el contragolpe, ya que saco un empate pero en el segundo tiempo cuando priorizó la ofensiva.
Fue evidente que Barcelona lo hizo todo en la primera etapa; propuso y dispuso del juego, marcó 2 goles y se fue en ventaja. En contraparte el Quito se defendió y no lució porque sus 2 hábiles, Donoso y Saritama, no lograban tener contacto con la esférica, ya que Almeida ganó el medio campo gracias a una mayor presencia de jugadores en ese sector (además Mandra estuvo ausente).
Para el segundo tiempo la historia del partido cambió gracias al ingreso de “mamita Calderón” y Ebelio Ordóñez; nadie se explica porque no abrieron como titulares. Ahí empezaron las preocupaciones de la saga amarilla, que por arriba no gana una y peor cuando le juegan con la diagonal a espaldas de los centrales, sobre todo de Iván Hurtado a quien hay que darle un poco de descanso en honor a su trajín.
El descuento de los “chullas” llegó por aire, lo marcó el buen zaguero argentino Darío Caballero gracias a un excelente servicio de Donoso. Desde entonces empezó la gestación de la hinchada amarilla en las gradas, aunque esta historia ya no es nueva, se repite una vez más, ya que con el “nacho” y Olmedo sucedió igual, una victoria amplia, cómoda se convirtió en sufrida al finalizar el partido. Lo que sucede es que Barcelona es quien hace el gasto en el primer tiempo, luego lo atrapan cansado, confiado (como frente al Cuenca) y le complican la existencia. Claro que esta fórmula sólo le ha funcionado a los australes, el resto se ha equivocado, pues aunque la han sacado barata no han puntuado.
De Barcelona preocupa su zaga, la cual ha hecho ver mal incluso a Sessa, sus segundos tiempos y su juego aéreo: en ofensiva y mucho más en defensa.