Macará este sábado presentó a su plantel que participará en esta temporada en la Serie A de Ecuador, enfrentó al cuadro de Universidad César Vallejo (intelectualidad total!) de Perú. El resultado final fue cinco a dos en favor del celeste ambateño.
Macará probó una ofensiva peligrosa que ha conformado para el 2010, en la que a Fernández y Ferreyra, suman a Ismael Villalba, de buena actuación el año pasado con el Cuenca, además de Roberto Mina y Moisés Cuero, que suelen ser aportes importantes.
Sin embargo, una gran noticia para el fútbol del país es el retorno a la canchas de Jaime Iván Kaviedes, quien en los pocos minutos que estuvo en el campo (cerca de diez sobre el final) anotó dos goles. CAbe señalar que el "nine" (o flaco o como sea), estuvo fuera de las canchas los últimos años, esteo entre líos legales con su último club (LDU Quito) y lastimosamente problemas de adicción a las drogas.
Esta parte supongo la escribo con el corazón (viii), pero personalmente me alegra un montón que quien a su tiempo consideré como el mejor futbolista ecuatoriano que haya visto, vuelva a jugar y sobretodo, vuelva a ser protagonista. Esperemos que Kaviedes tenga una buena temporada, la cual más que nada le ayude a lidiar los problemas con los que ha andado. ¡Fuerza "flaco" Kaviedes!, aunque yo ni de lejos sea celeste, festejaré tus goles.
la foto es de "Diario Expreso"
3 comentarios:
Le deseo un retiro rápido y doloroso...
no te borro el comment "nomás porque eres cuate"
La contención en el Macará es paupérrima. Y la línea de tres no le da ninguna garantía, no se entienden con los volantes laterales y el doble 5; no hay relevos ni postas, se lo ve novel al sistema táctico. Lo noto descompensado al "guaytambo" ojalá no le pase lo mismo que al Técnico Universitario que tenía tremendo ataque y una defensa penosa.
La verdad me alegré mucho al verlo al gordo Kaviedes. Le queda la clase y la magia. Cuánto nos hizo falta en el final de esta eliminatoria; recordé el gol ante Uruguay y sus actuaciones en la campaña para llegar a Corea y Japón 2002. No me imagino un futbolero que no le guarda gratitud o que no se alegrara de verlo volver; había que ser pecho frío para no emocionarse al verlo.
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