miércoles, 7 de mayo de 2008

Se prolonga el desfile de técnicos en el fútbol ecuatoriano

Con la dimisión de Víctor Marchesini ascienden a 6 los directores técnicos que han sido despedidos en el campeonato local. El primero en ser separado fue el adiestrador Jaime De la Pava del Macará ambateño, luego Jorge García, quien había reemplazado a De la Pava; después fue echado Armando Osma del Olmedo, de ahí, Juan Urquiza de Emelec y Carlos Torres Garcés del Deportivo Azogues y finalmente Víctor Marchesini de la Universidad Católica.

Desde luego, esta lista de directores técnicos estuvieron encargados de la dirección de los equipos que van a la cola del campeonato (de media tabla para abajo) y aunque la mayoría de los técnicos mencionados ya han sido reemplazados por otros, la realidad de los equipos que dirigían no ha cambiado mayormente. Lo cual es un fiel reflejo de que los cambios de técnico no son la solución real a los problemas de un equipo y peor a los desatinos de una dirigencia, pues cuando no hay categoría en la nómina de jugadores, cuando no hay disciplina y tampoco hay seguridad económica no se puede hacer mucho.

Se ha convertido en una práctica recurrente esta de desechar técnicos a manera de soluciones inmediatas, las que realmente no son más que parches tullidos. Parece que todavía no se aprende de las experiencias pasadas y de los buenos ejemplos locales o extranjeros. Basta con mirar a los procesos seguidos en la Selección Ecuatoriana de Fútbol, o con el gran acierto de la dirigencia alba, la cual supo mantener a Bauza a pesar de los infames vituperios y proyectiles arrojados por una parte de la fanaticada ligada. O del exterior se deberían ver proyectos a largo plazo; como el de Sir Alex Ferguson en el Manchester United (22 años a cargo), Arsene Wegner en el Arsenal (21 años dirigiéndolo) o el caso de Frank Rijkaard en el Barca (4 años), obviamente las diferencias económicas y de organización son abismales, no obstante son buenos ejemplos de los que se podría aprender algo.

Además se debe analizar que muchas veces la separación de técnicos trae consigo demandas y nuevos gastos para traer reemplazos: del técnico saliente y de jugadores, pues a los técnicos entrantes, en la mayoría de los casos, les desagrada tener que trabajar con los jugadores que sus antecesores eligieron. Esto siempre acarrea demandas, si lo sabrá bien Barcelona, aunque de hecho, Barcelona se está reivindicando al mantener a su director técnico, el cual poco a poco le está mejorando la cara al equipo amarillo que le ha brindando a Almeida el apoyo necesario, exceptuando a una parte de la hinchada barcelonista, la cual desde los micrófonos sigue creando desestabilidad.

1 comentario:

Edd Stargazer dijo...

típica práctica de mi país que no lleva a nada a los equipos que cambian mas de entrenador que de ropa interior